La fragua es un invento tan antiguo como la propia revolución de metal (Edad de Hierro). Este material supuso para el hombre un auténtico giro en su vida del mismo modo que hoy ha podido suponerlo internet. El hecho de contar con un material moldeable al calor, permitió al hombre fabricar todo tipo de instrumentos para la vida y así revolucionar la ciencia. Los herreros fueron los primeros ingenieros y científicos. 

La fragua como herramienta para moldear el hierro se remonta a épocas prehistóricas, aunque su uso en Europa se desarrolló hacia el siglo VIII a.C. África y la India fueron las primeras tierras en las que parece usarse la fragua como elemento clave de su sociedad. El uso del hierro revolucionó sectores como la agricultura o los ejércitos y mejoró así la calidad de vida del hombres, quienes fueron más prósperos y eficaces en la labranza, la caza o la alimentación. 

Es por esto, que el papel del herrero era muy relevante en la forma de vivir de las personas. Se consideraba desde tiempos muy remotos como un "inventor" capaz de hacer cualquier herramienta o utensilio gracias al moldeamiento del hierro en la fragua. En relación a esto y como referentes clásicos de Grecia y Roma, tenemos el mito de Hefesto o de Vulcano.

Hefesto era en la antigua Grecia el dios del fuego y la forja. Este era un dios feo, hijo de Hera, que al nacer lisiado y cojo fue arrojado del Olimpo hacia el Océano. Allí le salvaron las diosas Tetis y Eurinome, a las que agasajó con todo tipo de joyas y artículos artesanos. En el lado de la Roma clásica, Vulcano es el dios del fuego y los volcanes, forjador de hierro y creador de armas para los dioses, donde se pone en relieve el papel de la fragua, representada en un mítico cuadro de Velázquez.

Durante la edad media aparecen multitud de referencias sobre el papel de la fragua y el herrero, especialmente en todo lo referente a la revolución tecnológica constante del arte de la guerra. Espadas, armaduras, cascos y otros utensilios eran fabricados por el herrero. La misma importancia revistió en épocas posteriores, hasta en la propia revolución industrial, el trabajo de la fragua.

Actualmente la fragua se sigue usando como una herramienta artesanal que permite llegar a donde no pueden llegar las máquinas. Gracias a la maquinaria moderna se han podido realizar trabajos mucho más perfectos y sofisticados, aunque la fragua sigue siendo ese complemento que siempre es necesario para llegar a donde no puede la tecnología moderna.